Educación ambiental en tiempo de pandemia

febrero 11, 2021

El 26 de enero celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental, que surgió en la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el ambiente en 1972. Su objetivo principal es identificar problemáticas ambientales y crear conciencia sobre la necesidad de conservación y protección del ambiente. La intención de esta celebración es que la naturaleza no se perciba como una fuente inagotable de recursos, sino como un ecosistema frágil con exigencias que hay que respetar por la supervivencia de todos.

La Educación Ambiental es un proceso de enseñanza-aprendizaje para conocer y entender los sucesos naturales y los servicios ecosistémicos. Nos permite crear conciencia sobre las problemáticas ambientales que nos afectan y reconocer la responsabilidad que tenemos con nuestro entorno natural. Sobre todo, nos sirve para orientar, iniciar y dar seguimiento a la resolución de problemas ambientales y sociales.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) define cuatro pilares básicos en la educación ambiental:

  • Concientización: es fundamental concientizar a las personas sobre los problemas ambientales. 
  • Conocimiento: conocer el entorno natural nos motiva a interesarnos en él y cuidarlo. 
  • Actitud: es importante que las personas tengan la disposición de preservar el ambiente. 
  • Responsabilidad: al desarrollar un sentido de responsabilidad, las personas tienden a tomar medidas para cuidar los recursos naturales.

La Educación Ambiental cobra vital importancia en la actual crisis sanitaria provocada por la pandemia COVID-19. Nuestro bienestar y salud incluyen cuidar el ambiente y fomentar relaciones respetuosas entre las personas y todos los seres vivos. Varios indicadores señalan que las acciones irresponsables humanas con el ambiente natural y social son las principales causas del virus e incrementan sus repercusiones. 

En la actualidad se hace inaplazable la Educación Ambiental en todos los espacios de aprendizaje. Debemos educar en el respeto y cuidado de la naturaleza, eficiencia energética, ahorro de agua, movilidad sostenible, reducción de residuos, consumo responsable, conocimiento y protección de la biodiversidad. Ahora que estamos más tiempo en casa tenemos una gran oportunidad de convertirnos en Educadores Ambientales. Enseñemos a cultivar pequeños huertos, a hacer composta con los residuos orgánicos, a clasificar los desechos sólidos, a reciclar, a controlar el consumo de agua y electricidad. A través de una pedagogía de acción para la acción, involucremos a nuestras familias y la comunidad en este proceso para asumir juntos el cuidado de nuestro planeta. La Fundación Propagas en su estrategia educativa ambiental promueve programas de conservación de especies y cuenta además con una producción de materiales impresos y audiovisuales de diferentes temas de biodiversidad para sensibilizar a niños y jóvenes sobre el cuidado del ambiente natural. En tiempos de pandemia desarrolló la iniciativa Naturaleza es Vida, una actividad de integración familiar en la que hijos de colaboradores del Grupo Propagas escribieron cuentos sobre el cuidado de la naturaleza. El resultado fue la publicación de un libro digital con historias que nos invitan a reflexionar sobre el modo en que nos relacionamos con la naturaleza y promueven buenas prácticas para su conservación. Hoy más que nunca, es necesario proclamar con la Doctora Rosa Margarita “Pirigua” Bonetti, una de sus frases que sintetiza la labor que realiza la Fundación Propagas en favor de la Educación Ambiental: “Si hoy sembramos destrucción, mañana cosecharemos destrucción, si hoy sembramos protección y conservación, mañana cosecharemos bosques, ríos y océanos llenos de vida.” El mejor modo de celebrar el Día de la Educación Ambiental es rectificar el compromiso de ser Educadores Ambientales por el bienestar de todos y de nuestra Madre Naturaleza.